Ana Rosa Quintana ha adoptado varias tácticas para pasar olímpicamente de la docuserie de Rocío Carrasco: opinar de él sin haberlo visto, desaparecer de las tertulias del corazón a pesar del reposo que supone para su espalda el pasar de la mesa de sucesos al sofá mullidito de terciopelo junto a Ro Flores, su alumna predilecta, etc.
Sin embargo, la última de ellas ha sido la más frívola de todas, la que más ha pasado desapercibida pero, quizás, la que supone un desprecio más jackas: la indiferencia, el peor de los castigos. Para 'El Programa de Ana Rosa' el discurso de Rocío Carrasco merece la misma atención que el del camión del tapicero. ¡Con lo que jode que te dejen en visto en WhatsApp... Imaginaos en la tele!
Ayer, jueves 27 de mayo, resacosos del apoteósico final de la serie documental 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', el programa del cancaneo que por parrilla iba inmediatamente después (el de Anne Rose), es decir, el primero en poder tener el privilegio de analizar de forma pormenorizada el momento histórico para la prensa del corazón que se vivió en Telecinco, decidió dedicar un total de cero minutos con cero segundos al testimonio de Rociíto, ese que ha generado un debate social, de salud pública, sobre feminismo y mala praxis del periodismo (entre otras muchas cosas) en prime time durante más de 12 semanas.
Para Joaquín Prat, Ana Rosa Quintana, Lequio y la mismísima Paloma García-Pelayo (esa mujer que no mira a cámara, sino que es capaz de radiografiarte en el salón de tu casa a través de ella, te desnuda el alma con su penetrante mirada) fue mucho más importante hablar sobre lo afectada que estaba la mujer de Carlos Alba, el superviviente cocinillas generalísimo de Honduras, por las declaraciones de Alexia Rivas que del intento autolítico de Rocío Carrasco. Al menos eso fue lo que pareció.
Un ninguneo que se suma a una lista más larga que la carta de 'Los 100 Montaditos' (o que la mano de Urdangarín) de polémicas en torno a la rivalidad que existe entre el clan Flores, apoyado por Ana Rosa Quintana, y el clan Carrasco, apoyado por 'La Fábrica de la Tele' (productora de 'Sálvame' y de la docuserie).