Íñigo y Tamara lo tienen claro: quieren una vida juntos, le pese a quien le pese. Hace tan solo unos meses, Onieva engañó corneó a su churri en un festival de música y negó la mayor durante días. Todos mentían menos él. Era víctima de un linchamiento mediático sin precedentes, y Tamara le creyó. Horas después, salía a la luz la verdad: Íñigo se enrolló con otra.
Sí, le puso la cornamenta y, para colmo, había pruebas evidentes. Tamara, destrozada, mandó al empresario a tomar viento fresco y se refugió en la fe. Onieva quedó destrozado. Derramó lágrimas durante días sobre su almohada. Le invadió el arrepentimiento y, tras varias jornadas de llanto incesante, decidió luchar hasta conseguir su objetivo: reconquistar a la marquesa y casarse con ella.
Milagrosamente, lo consiguió. El corazón de la Falcó se hablandó y no pudo resistirse a los encantos del hombre que tanto daño le hizo. Cayó en sus brazos y ambos decidieron retomar los planes de boda que aparcaron a causa de la infidelidad. Se casarán en julio, en El Rincón, el palacete que Tami heredó de su padre.
Está claro que la relación de Onieva y Tamara va viento en popa y a toda vela. Además, tal y como publica Informalia, ya han decidido cuál será su hogar familiar: el ático valorado en 1,5 millones que la hija de la Preysler adquirió rebajado (a cambio de publicidad) en Puerta del Hierro.
"Está haciendo una gran reforma a la casa. La está dejando a su gusto. Quiere que sea más diáfana, tipo loft, con la cocina y el salón comunicadas... Están trabajando en la iluminación y modificando otros detalles para personalizar al máximo la vivienda", comenta alguien del entorno de Tamara al citado medio.