Tarzán Onieva y Jane Falcó. Así hemos bautizado a la versión más salvaje de Íñigo y Tamara, el matrimonio inmerso en una aventura sudafricana sin final. Llevan días entre Leones, guepardos y elefantes recién nacidos, y no se cansan. Adoran posturear en redes con sus 'looks' de Indiana Jones. Le gusta pasear en Jeep por la sabana y fotografiar animales desde la distancia suficiente para no correr el riesgo de pillar garrapatas.
Una garrapata en el cuerpo de Tamara podría ser mortal. Un parásito de tan pequeño tamaño no soportaría ingerir la sangre de la pija Falcó. En cualquier caso, la seguridad de las garrapatas está garantizada. La hija de la Preysler jamás se aventuraría a acercarse a un bicho cualquiera, y mucho menos si el viaje es gratis. Imagínense enfermar en una luna de miel gratuita... ¡Menuda faena!
Faena y de las gordas. A Tamara e Íñigo les ha salido el viaje por la cara, y precisamente por eso, nos deleitan cada día con sus 'outfits' salvajes a través de Instagram. En cada una de sus publicaciones, mencionan a la agencia de viajes y al super hotel de lujo en el que reposan. Es decir, no se han dejado un solo euro en la luna de miel. Desde Telecinco aseguran que el viaje completo podría rondar los 100.000 euros, pero del bolsillo de los novios no ha salido ni un céntimo.
Así cualquiera se casa: boda pagada, luna de miel gratuita y exclusivas a mansalva para llenarse la buchaca. Esa es la realidad de Tamara y también la de su chico, que a pesar de ser un viva la vida, ha conseguido el ascenso social que tanto deseaba gracias al perdón de Falcó. Ahora, ambos viven en una realidad paralela plagada de champán del caro, caviar del bueno y mucho hotelazo de infarto.
Fotos: Instagram