La Ximénez ha regresado al plató de 'Sálvame' por sorpresa, sin que nadie lo esperase. La colaboradora se ha mostrado ilusionada y con ganas de volver al trabajo, pero también ha querido ser sincera con su realidad: la enfermedad avanza y su esto de salud no es bueno.
Aunque Mila ha demostrado tener fuerza para seguir luchando, también ha sido sincera con la situación que está viviendo. "Estoy feliz porque estar aquí significa que estoy bien, o mejor... porque he estado un mes en la cama muy preocupada".
Además, ha aprovechado para pedir a la prensa un poco de comprensión: "Os pido que cuando voy a darme la quimioterapia tengáis un poco de respeto. Son muchas sesiones y os tengo todos los días en la puerta de casa y siguiéndome. Paso seis horas en el hospital y cuando salgo estoy mal, estoy cansada".
También ha avisado que no llegaba arreglada al plató porque "no me puedo ni pasar un cepillo porque tengo el pelo muy debilitado y se me puede caer, solo puedo peinarme con los dedos".
Sobre su estado de salud, Mila ha sido muy sincera: "Si me dicen que ya no voy a poder curarme, dejaría la quimio y la medicación y todo... me compraría una casa en el campo y me quedaría ahí disfrutando de lo que me quedase".