Los famosos están aburridos de no hacer nada, como es normal. Si a su inactividad habitual le sumas unas vacaciones y un percal festivo bastante rancio debido a la crisis del coronavirus da como resultado unos perfiles en Instagram muy jugositos. Esta ha sido la historia de Rocío Flores. ¡Eh! Me refiero a la instastory, para repasar su vida ya está cada tarde Sálvame.
La nietísima de la más grande, que curiosamente cantaba ''Algo se me fue contigo, madre'', ha compartido una foto de la infancia con su hermano David. "Recuerdos que me alegran la vida", escribía la finalista de Supervivientes aludiendo a la foto que podría ser perfectamente un resumen de su concurso: tumbada, morenita y abrazada a un chico (Barranco).
Además, ha aprovechado para lanzar un dardito a su madre, de esos que juegan a ser sutiles pero resuenan más que una orquesta de monos con bubucelas: "cómo hemos crecido, madurado, aprendido, pero siempre de la mano #mienano". Efectivamente, Rocío se ha dado cuenta que el tiempo pasa. Para eso no es necesario tener el último 'Apple Watch'.
¿Dónde está el ácido mensaje a su madre? Ya el simple hecho de que Rocío Flores diga algo presupone tirarse a la piscina de los periodistas, es verdad, pero esta vez la indirecta es más limonada edulcorada y reside en que la joven se ha sentido como una madre para su hermano cuando Rocío Carrasco estaba ausente, tal y como reveló en la isla de los cada vez menos famosos.
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