Por extraño que parezca, tener la cartera llena no es suficiente para comprarse un Ferrari. Puedes ser rico, alto y el más guapo del planeta, pero si la marca italiana dice NO, es NO. Al parecer, la exclusivísima firma de coches tiene prohibido vender sus creaciones a todos aquellos que, desde la empresa, sean considerados 'non gratos'.
Tal y como publica ElDebate.com, lo de prohibir a según quienes la compra estos cochazos forma parte del pasado, pero lo cierto es que sucedió. Puede que en la actualidad (y con la crisis que está cayendo), los jefazos de Ferrari hayan relajado su política, pero muchos famosos 'máximos' están/estuvieron en la lista negra.
El primero en sufrir la prohibición fue el mismísimo Jesulín de Ubrique. A principios de los 2000 estrelló su flamante Dodge Viper contra un Ford Fiesta, y cuando la firma se enteró de semejante estropicio, le negaron cualquier venta. Nicolas Cage, que malvendió el suyo por problemas económicos, también sufrió las malas artes de la empresa. Ferrari se tomo aquello como un auténtico desprecio y lo mandó a tomar viento fresco en otro descapotable que no fuese de la firma.
Justin Bieber tampoco tiene acceso al catálogo de Ferrari. Al parecer, el muchacho de demasiado fiestero y la marca no quiere correr el riesgo de que derrame sus cubatas por los asientos de un super deportivo. 50Cent, Deadmau5 o Tyga tampoco son bienvenidos en los concesionarios de Ferrari.
A la larguísima lista de vetados también se une Chris Harris, que publicó un artículo rajando sobre la preparación de estos coches y la firma no tuvo dudas: lo mandaron a freír churros. Floyd Mayweather, el conocido boxeador, tampoco tendría permitido comprarse este caprichito.