Hace algo más de 10 años, Laura Campos era uno de los rostros más conocidos de la pequeña pantalla. Tras participar en 'Gran Hermano 12', donde se enamoró locamente de Marcelo, la muchacha se convirtió en uno de los personajazos más conocidos del universo Mediaset. Ahora, Laura es una mujer totalmente renovada, con una hija y un curro que nada tiene que ver con salir en la tele.
En 2012, una jovenzuela de Mérida se adentraba en lo que sería la experiencia más 'heavy' de su vida: 'Gran Hermano'. Enamorada de un tal Samu, el noviete con el que compartía su vida desde hace unos años, Laura entraba en la casa de Guadalix con el único objetivo de vivir la experiencia, llevarse el maletín y regresar a casa con su churri.
Pero sus planes se truncaron. El corazón decidió por ella y en la tercera semana de concurso,descubrió que Marcelo, uno de los concursantes, podría ser el hombre de su vida: “Me dio el cariño que a mí me faltaba. Y con el transcurso del reality show me di cuenta de que estaba pillada por él. Intentaba callarme y frenarme, pero soy una persona que todo lo que siento, lo digo”, aseguró Laura en una entrevista para Telecinco.
Comenzó una relación con Marcelo, y aunque su amor no tardó en caducar, lo cierto es que su ruptura no fue traumática. Laura consiguió llevarse el maletín y, poco después, se coló en 'Mujeres y Hombres y Viceversa' como tronista. Intentó encontrar a su príncipe azul, pero no sucedió. Hoy por hoy, Laura vive feliz con la niña de sus ojos: su hija.
"Desde que fui madre, una vez cierro la puerta de casa, con que esté Triana lo que hay fuera me da igual. Ella es el verdadero amor de mi vida", asegura la ex gran hermana. En el terreno laboral, también se considera una afortunada: "Llevo más de tres años como asesora de vida saludable. Me va superbien y estoy muy contenta. Mi labor es ayudar a las personas a conseguir su objetivo, desde bajar de peso hasta mantenerse en forma. Me dedico a eso y a cuidar a mi hija", explicaba.