La idea de que Vargas Llosa es un celoso empedernido cobra cada vez más fuerza. Ya lo dijo Isabel en su revista de cabecera, pero ahora son muchos los rumores e historietas que sitúan al escritor en una posición nada agradable. Al parecer, Mario ni siquiera permitía que su chica bailase con otros en fiestas o eventos.
Si es cierto lo que cuenta Paloma García Pelayo, a Mario Vargas Llosa deberían darle unas cuantas cachetadas con ese premio Nobel que guarda como oro en paño. Aquel erudito de la palabra, el cultureta mayor de todos los tiempos, resulta ser un orangután en el sentido más básico de la palabra.
En 'El Programa de Ana Rosa', García Pelayo relataba el episodio más chungo en la historia de amor entre Mario e Isabel: "Estaban en una fiesta y a Isabel le toca bailar con el anfitrión. Sigue la música y sigue bailando con otro invitado. Mario llega a la pista, se acerca para sacarla de allí porque estaba bailando con otra persona. Esto pasa después del primer año de relación de la pareja".
Pero ojo, que la cosa no queda aquí. Una amiga de la periodista se acercó entonces al escritor durante una cena y le preguntó si era un hombre celoso. "He de admitir que sí lo soy", respondió él. De este modo, queda más que confirmado que Vargas Llosa sufre la enfermedad que tanto daño ha hecho a la sociedad: 'la celosía'.