Ya queda menos para la libertad de Iñaki Urdangarin. Y no, no me refiero al fin de la condena que le impuso un juez. Tras varios meses plagados de disputas, el acuerdo de divorcio entre doña Cristina y el ex duque está a la vuelta de la esquina. Irene Urdangarin ya ha cumplido la mayoría de edad y el escrito definitivo ya puede ser firmado. En cuestión de semanas, Iñaki y la infanta quedarán desunidos para siempre.
Por mucho que se alargue el asunto, ya no queda nada para que Iñaki y Ainhoa vivan su amor en libertad. Se acabó el ocultismo y el temor a las cámaras. Ya no tendrán que ocultarse en Francia y podrán, si así lo desean, montar un buen bodorrio para celebrarlo. Serán libres, independientes y felices.
Cuando Iñaki y Ainhoa firmen lo suyo, todas las trabas que existían entre Urdangarin y su actual churri desaparecerán. Ainhoa es, desde hace meses, una mujer soltera. Tal y como publica Vanitatis, se divorció en diciembre y lo ha zanjado todo con su ex marido. Los bienes están repartidos y sabemos cuáles le pertenecen a ella.
A finales de diciembre de 2022 tuvo lugar la repartición. Ainhoa se quedo con el hogar familiar, un piso situado en Vitoria de 150 metros cuadrados, y un pequeño apartamento playero. Sí, playero. Ainhoa tiene una casita a orillas del mar, concretamente en una pequeña localidad Alicantina. Se trata de un apartamento de 40 metros en el que, al parecer, ya ha estado Iñaki.
Además, la vasca cuenta con partes de un trastero y un garaje, ambas propiedades situadas en la ciudad en la que reside, Vitoria. En lo que respecta a Urdangarin, cabe señalar que no tendrá ningún problema en este sentido con su ex. Vendieron todas las propiedades que tenían en España, incluido el palacete de Pedralbes.
Fotos: Gtres