Como una auténtica diva, Isabel pisaba el plató de Pablo Motos entre imponentes aplausos. Sonriente y con su clásica Panto-coleta, tirante y engominada, la tonadillera se colaba en los estudios de Atresmedia y decía estar emocionada: "Me siento en casa", le decía a Pablo, al que besó y abrazó en numerosas ocasiones. "Para mí estar aquí sentada es lo que quería hacer, es un honor tan grande...", insistía Maribel.
Más teatrera que nunca, la Pantoja tomaba asiento y Pablo arrancaba la entrevista. Para empezar con buen pie, el pelirrojo recordó que la última visita de Isabel al programa logró el mejor dato de audiencia de la historia: 5 millones de espectadores que se transformaron en 7 durante los minutos de oro. La Pantoja, alagada, sonreía sin parar mientras acariciaba las manos del presentador.
Durante todo el programa, vimos a una Isabel dramática, llorosa, emotiva y tan teatralizada como acostumbra. Era la Pantoja de siempre. La que saca el dedo a pasear y sentencia sin miedo. "Normalmente estoy secuestrada. Me meten en un saco y cosas de esas. Yo soy de poco salir. Se desdoblarme: está la persona artista y la mujer que tiene su casa, que tiene que guisar, que tiene que ordenar sus armarios. Y esa bata de cola yo siempre la he dejado fuera", decía a modo de pullita para quienes aseguran que Agustín tiene cerradas las puertas de Cantora.
Para sus hijos no tuvo ni una sola palabra. Ni siquiera los incluyó al nombrar a aquellos que están a su lado: "Mis dos hermanos, Agustín y Juan, son lo más importante, los dos. Tengo una cuñada que es un cielo y unas amigas del alma". De Kiko e Isa, ni mú. El nombre de Anabel, su sobrina, tampoco apareció por ninguna parte.
Para finalizar su paso por 'El Hormiguero', la artista se cascó el play back de su vida. Entraron 13 músicos en escena y ella agarró el micrófono con fuerza, pero allí solo sonó una grabación. Era la voz de Isabel enlatada. Nos vendió una actuación en directo y nanai de la China. Movió las caderas y ordenó aplaudir al público en varias ocasiones, pero cantar, no cantó ni una estrofa.
Fotos: El Hormiguero