Si no puedes con ellos, únete. Al menos eso es lo que reza el dicho. Y eso a Pamela Anderson le viene ni de perlas porque la pobre reúne dos de las grandes cualidades estereotipadas de las tontas: es rubio y encima tiene unos pechos que parecen globos aerostáticos. Así que gracias a sus declaraciones y a estos dos factores genéticos podríamos decir que la inteligencia corre detrás de ella pero Pamela es más rápida.
Y en una revista reciente, el hombre que la entrevistaba decidió no andarse con chiquitas y preguntárselo directamente a la cara, si no estaba cansada siempre de hacer de rubia tonta:
"Creo que es divertido. Todos deberíamos tener sentido del humor y reírnos de nosotros mismos y de otra gente. Esa es claramente una de las razones por las que he podido hacer carrera como actriz. Supongo que la ignorancia es felicidad. Cuando concedo entrevistas todo el mundo me dice: "¿No estás cansada de que la gente se ría de ti?" Y yo les contesto: "¿Se están riendo de mí? Creo que simplemente no les he entendido""
Y con tácticas como esa, normal que la muchacha esté siempre con una sonrisa en la cara, así da gusto. Es más, cuando el entrevistador le preguntó que si se sabía algún chiste de rubias:
"Pues no, no me sé ninguno. Así de tonta soy."
En fin, creí que nunca lo diría pero esto es un claro ejemplo que Pamela Anderson también tiene algo que enseñarnos al resto de los mortales, y es que todo depende de con el humor con el que te tomes las cosas. Que se puede ser tonta, rubia y que encima te lo digan constantemente a la cara y, sin embargo, vivir más feliz que un regaliz sin tener porqué cambiar de actitud.
Vía | 20 minutos
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