Esta segunda edición de 'Mask Singer' nos tiene a todos más desorientados que Bertín Osborne en el pasillo de las hornillas de inducción en una tienda de cocinas, pero si había una máscara que nos tenía despistados esa era la del Ángel de las cinco caras, que ahora sabemos, tras ser descabezado, que representaba las facetas de actriz, cantante, presentadora, escritora y pintora de doña Paloma San Basilio. Un currículum sólo equiparable al de Ana Obregón, investigadora invitada, como bióloga, vedette, niñera-gogó, presentadora de Campanadas y actriz de método.
Este fichajazo de famosa para las personas de riesgo y 'Who' (is?) para la generación millennial, y mira que la pobre se ha esforzado por cantar canciones de Dua Lipa y Katy Perry, ha dejado con la mandíbula en el suelo, de pasta de boniato, descuajeringaítos vivos a los investigadores, ya que ninguno había apuntado hacia la posibilidad de que fuera ella la celebrity enmascarada. Sonaban con fuerza los nombres de Ana Belén, Ana Botín, Mónica Cruz y Elsa Pataky.
Las pistas/jeroglíficos irresolubles del Profesor Layton daban a entender que Ángel había salido en muchas portadas de revista "sin pretenderlo", que era muy "valiente" (no hay más que verla, sólo el inestable Ángel Garó había mostrado cinco caras en un mismo programa antes que ella) y que "su paraíso está bañado por orillas de playas paradisíacas y divinas montañas" refiriéndose a que vive entre Los Ángeles y El Puerto de Santa María (Cádiz).
Con el desenmascaramiento de Paloma San Basilio ya podemos confirmar la hipótesis que fue aflorando cuando destaparon a La Toya Jackson, Isabel Preysler y Esperanza Aguirre: en el pack del disfraz que le dan a las concursantes se incluyen cuatro sesiones de bótox express en la clínica de la doctora Barber.