Tras romper con Antonio David, Olga pasó unos meses retirada de la esfera pública. Prefirió no comentar el idilio entre su ex y Marta Riesco, la reportera de Telecinco. Se refugió en su familia, salió de marcha con sus colegas y, finalmente, decidió abrirse un perfil en Instagram para, según dicen, convertirse en 'influencer'.
La inseparable de Rocío Flores buscaba seguidores a toda costa. Quería repercusión, 'followers' y, por supuesto, marquitas con las que colaborar y llevarse un buen pico. Pretendía convertirse en la María Pombo en versión telecinquera, pero su proyecto parece haberse estancado. A día de hoy, acumula poco más de 70.000 seguidores y no se esfuerza por aumentarlos.
Al parecer, la ex de AntonioDá tenía la esperanza de que le lloviesen los seguidores sin mover un dedo. Pues no señor, Instagram no funciona así. Para hacerse con un buen puñado de 'followers' es necesario crear contenido, subir 'stories', contar tu día a día o grabar unos cuantos reels de bailoteo como hace Tamara Gorro. Para triunfar hay que currárselo, pero la pereza ha podido con Olga.
Tan solo ha colgado un par de publicaciones, y ni siquiera se ha esforzado en escribir un buen texto para dar la bienvenida a todos aquellos que deseen seguirla. Desde el pasado 27 de marzo, la ex superviviente no ha hecho ningún movimiento en redes, algo inadmisible para alguien que pretende sacar tajada de las redes. En resumen, Moreno es una "influmierder" en toda regla.
Aunque, pensándolo bien, puede que su intención no fuese forrarse patrocinando marquitas. Olga podría haberse abierto un perfil en Instagram con el único objetivo de cotillear a Marta Riesco y asÍ mantener controlado al ex de la Carrasco. ¡Já!