Pobrecica... Miley Cyrus lo que está es acojonaica con eso de los hackers, los malos internautas y el afán que tienen algunos por robarle la cuenta del Twitter, del Facebook, subirle fotos subiditas de tono o si no pueden subírselas, robárselas. Estoy seguro que la muchacha hasta suena que el zorro de Firefox entra a escondida por la noche en su habitación y se ríe de ella desde la ventana.
Pero eso no fue lo que le dijo a los de Movieline en la entrevista que le hicieron:
“Estaba cansada de contarle a todos lo que estaba haciendo. Odio cuando leo a celebridades que no tienen vida privada y les ocurre lo que les ocurre, y pienso que se debe a que le escriben a todos lo que están haciendo”
¿Y a esa deducción has llegado tu solita o te ha ayudado alguien, simpática? Porque bien que lo hacías tú y te importaba más bien poco cuando pasaba, pero ahora que hemos visto las orejas al lobo, la cosa cambia ¿verdad?
“Estaba triste porque no tenía una vida real y normal. Bueno, es mi culpa, porque le estaba diciendo a todo el mundo ‘estoy aquí’, y luego me preguntaba por qué estaba lleno de personas afuera del restaurante”.
Esto último del restaurante no lo he pillado bien. Imagino que será una metáfora que mi mente es incapaz de sintetizar pero, la verdad, tampoco tengo ganas ni me hace falta para darme cuenta de que lo único que está haciendo es confesar que todos teníamos razón. Que era demasiado joven para andar con las redes sociales y que al final acabaría quemándose por jugar con fuego, como ha pasado.
Que no sea porque no se lo advirtieron.
Vía | La tercera
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