Bosé y Palau han pasado juntos las vacaciones de verano. Y no, no se han reconciliado ni tenían ganas de un revolcón veraniego, el único motivo de su unión estival son sus niños. Los cuatro peques, los mismos por los que Nacho luchó en los tribunales para demostrar que son hermanos, están obligados por un juez a pasar juntos algunos días al año. Ese fue el único logro de Nacho. No consiguió que fueran considerados familia ante la ley, pero, al menos, obligó a su ex a a congregar a los cuatro una vez al año.
Esa fue la sentencia de aquel juez de familia: los niños debían verse durante sus vacaciones, y así ha sido. Bosé abandonaba México junto a Diego y Tadeo para reencontrarse en Mallorca con Ivo, Telmo y el padre de estos, Palau. Al parecer, la convivencia entre ambos progenitores no ha sido mala, y por supuesto, los pequeños han disfrutado como lo hacían en un pasado.
Pero no solo ha habido tiempo para jugar, saltar y chapotear en la piscina, Bosé también se ha ocupado de sus problemillas de salud. Desde hace varios años, Miguel tiene problemas con su voz debido a una infección provocado por un implante. Para poner solución a tan latoso contratiempo, ha visitado la Clínica Rotger de Palma. Por el momento, de desconoce el diagnóstico que los médicos le habrían ofrecido.
Miguel Bosé - Gtres
Además, Miguel ha visitado la escuela de tenis de Rafa Nadal, situada en la isla. Tal y como publica Informalia, el cantante ha tenido tiempo para descansar, cocinar e incluso componer nuevos temas durante sus días de relax. En lo que respecta a la vivienda en la que se alojó, se trata de un casoplón alquilado, protegido de los paparazzis y muy cercano a la costa.
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