Miguel Bosé y Nacho Palau rompían su relación a finales de 2018. Tras 26 años de amor intercalado, infidelidades varias y algún que otro enfado de alto voltaje, la pareja ponía fin a su idilio y comenzaba la pero de las batallas. Palau fue el encargado de poner en marcha una guerra judicial para conseguir que los cuatro niños, convivientes hasta aquel momento, fuesen considerados hermanos.
Pero no fue así. El juez de terminó que los pequeños, nacidos por gestación subrogada, no tienen vínculo alguno ante la ley. Tadeo y Diego son hijos de Bosé, y Telmo e Yvo llevan la sangre se Palau por sus venas. Por este motivo y a pesar de llevar una vida en común hasta la separación, la justicia determinó que no son hermanos a efectos legales.
Ahora, los niños se ven de vez en cuando. Bosé vive con los suyos en México y Nacho cría a los dos pequeños que le corresponden en el pueblo de Valencia en el que nació. Su madre, enferma de cáncer, le acompaña en esta labor de instrucción y cariño. Una labor que realiza con el sueldo mínimo, aunque cuenta con la ayuda que Bosé le ofreció tras conocerse la enfermedad de Palau, de la cual parece estar casi recuperado.
Cuando España se enteró del cáncer de pulmón que padecía Nacho, Miguel retomó el contacto y las aguas se calmaron. Ambos bajaron las armas y se centraron en lo importante: la salud. Ahora, los que fueron novios durante 26 años están juntos en Baleares, donde disfrutan de unos días junto a los cuatro renacuajos.
Miguel Bosé y Nacho Palau - Gtres
Y no, no hay reconciliación amorosa. Miguel y Palau no han retomado su idilio, tan solo optan por que sus pequeños compartan las vacaciones, algo que Nacho Palau consiguió que un Juzgado de Familia dictaminara, tal y como publica Infomalia. Es decir, el cantante estaría obligado a dejar que Diego y Tadeo pasen los días de calor junto a Yvo y Telmo. En cualquier caso, él asegura que jamás se ha negado a que los niños se vean.
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