Dos de los personajes más conocidos de nuestro país se han dado cita en un mismo espacio. No habían quedado, pero allí se encontraron. Ortega Cano, el torero más polémico de todos los tiempos, tuvo el placer de coincidir con una mujer a la que guarda especial cariño. Estaba emocionado, exaltado y agradecido. Toparse con Ana Rosa Quintana fue todo un regalo para el diestro, o al menos así lo demuestran las fotografías.
Era la primera tarde de toros de San Isidro. Las Ventas, como cada año, a rebosar se famosetes taurinos con ganas de faena. En barrera, él, Ortega. Al padre de Gloria Camila y José Fernando le encanta acudir a cada corrida. No se pierde ni un solo sarao, y ahora que hace vida de soltero, con más motivo.
En un momento dado, Ortega bajó la mirada y observó a una mujer que le resultó familiar. Tenía el pelo rubio y corto. Vestía elegante, con una americana azul combinada con unas lentes oscuras. Era ella, la mismísima Ana Rosa. Al cerciorarse de su presencia, levantó el culete del asiento y cogió la mano de su queridísima amiga. Quintana, agradecida, sonrió y compartió algunas palabras con él.
Su último encuentro fue en el plató de Telecinco hace ya varios meses, cuando Ortega soltó aquello de "mi semen es de fuerza" y se hizo viral en cuestión de segundos. No lo dijo con intención de ser protagonista. Tan solo pretendía reconquistar a Ana María e intentar un nuevo embarazo, pero el tiro le salió por la culata.
Ortega no estuvo acertado y Aldón lo tuvo claro: el matrimonio había terminado. El torero, triste y desolado, se puso en contacto con Ana Rosa y pidió disculpas por aquel comentario. No tenía por qué hacerlo, pero Quintana escuchó sus palabras y agradeció el gesto.
Fotos: Gtres