Nos da la espalda, sí, aunque sea sólo para la foto, porque otra cosa no, pero Lea Michele tiene muchas razones para mirar al frente todo el rato con total y absoluta seguridad.
Es monísima la muchacha, canta como los verdaderos ángeles y si tiene a todo el mundo tan encandilado como a mí con su voz en ‘Glee’ (me ha salido un pareado y todo) más arriba ya no puede llegar. La niña prodigio que a los 10 años andaba por audiciones de musicales ha conseguido su sueño, y desde luego no es para nada esa Rachel Berry odiosa y prepotente, pero de voz impresionante.
Eso sí, a mí hay algo que no me termina de convencer de Lea Michele, y es ese tatuaje raruno que tiene en el hombro, que os aseguro que me acerqué a rascar la pantalla del ordenador por si era una guarrerida pegoteada, y no, viene de serie… chica, éxplicame una historia bonita o no me lo trago.
Vía | Harper’s Bazaar
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