Juan Urdangarin es un tipo de valores fijos. Sabe que pertenener a la saga Borbónica le otorga algunos privilegios, pero se niega en rotundo a asumirlos. Él quiere ser un hombre normal. Quiere trabajar, relacionarse y pagar sus impuestos como cualquier otro ser humano. Jamás ha posado ante los medios y ni siquiera se le pasa por la cabeza conceder una entrevista. Juan, el hermano bonachón de los Urdangarines, tan solo quiere vivir en paz.
Paz, igualdad y esfuerzo. Esos podrían ser los valores que definen al hijo mayor de Iñaki y doña Cristina. Juan es un joven entregado a las causas sociales. Un tío preocupado por lo que ocurre en el planeta al que no le importa vestir con zapatillas baratas. Mientras Victoria o Irene presumen de zapatillas o bolsos caros, él concentra su energía en lo que realmente importa.
Estuvo en Camboya y en la India en régimen de cooperante. En Madrid colaboró con una ONG y, ahora, trabaja para la empresa de Alejandro Agag, cuya labor es difundir el uso del coche eléctrico en todo el mundo. Reside en Londres, es feliz con su rutina y vive tranquilo lejos de España, donde se siente perseguido por los medios.
Juan Udangarin - Gtres
Juan es un muchacho independiente que solo busca llevar una vida lo má snormal posible. Tal y como publica Vanitatis, el chico llegó a negar a su abuelo con tal de vivir como un mortal más. Al parecer, se presentó a unas pruebas para conseguir un puesto de trabajo en la Expo de Abu Dabi. Juan Carlos, al enterarse, le propuso mover algunos hilos para conseguirle aquella plaza, pero Juan se negó.
"No, abuelo, no, quiero conseguir las cosas por mis propios medios·", le dijo el joven a su abuelo. Finalmente, Juan se quedó sin el curro que deseaba. Y sí, lo más probable es que lo hubiera conseguido con la ayuda del emérito, pero le quedó la satisfacción de haberse esforzado por algo que deseaba.
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