Ni siquiera con su madre en plató, Jorge consiguió un buen programa. El formato no está hecho a su medida. Los 'Cuentos Chinos' que Alejandro Salem le brindó como oportunidad televisiva son una trampa. Jorge no brilla, no engancha, no gusta. El formato es un cepo en el que Vázquez ha metido el pie y ahora no puede sacarlo. El que fuera rey de Telecinco, si continúa por este camino, morirá.
Tras el batacazo del martes, Vázquez decidía aparecer en pantalla junto a la mujer que le dio la vida. Creyó buena idea invitar a mamá para despertar la curiosidad del espectador y así lo hizo. Entró en plato agarrado a María Morales Martínez y, para sorpresa de todos, la sentó entre el público y ni siquiera la entrevistó unos minutos.
Hubiera estado bien escuchar a María, pero no sucedió. Sí habló un artista desconocido por muchos e interesante para pocos. Después llegó Anabel Alonso, cuya intervención resultó un fiasco del mismo calibre que el día del estreno. La actriz no tiene chispa. No entretiene y no es capaz de arrancar si quiera una media sonrisa. Y para rematar, se tocó el Caso Rubiales, un tema que la audiencia ya aborrece.
Jing Jing y la madre de @jjaviervazquez se conocen en el plató de #CuentosChinos 👏#CuentosChinos3 🔵 https://t.co/bp3rfFGAV9 pic.twitter.com/LZZqN1u7Ry
— Cuentos Chinos (@cuentoschinost5) September 13, 2023
Si algo merece la pena del formato de Vázquez, es la sección de Susi Caramelo. Es la única con chicha. La tía es ingeniosa, rápida y despierta reacciones. Es más, el programa podría llamarse 'Los Cuentos de Susi' y quizás de esta forma el público respondería. Con Jorge al mando, el barco de hunde.