Jesulín nos ha dejado de piedra. Aquel muchacho de Ubrique incapaz de pronunciar una oración sin cometer algún delito lingüístico, el mismo al que lanzaban sujetadores cada vez que pisaba una plaza, se ha sentado en el sofá de Bertín para demostrarnos que ahora es un hombre maduro. El tío nos ha vendido la imagen de un padrazo, ha criticado a la "prensa sensacionalista" y dice estar locamente enamorado de su mujer.
Es marido, padre, torero y empresario. Y todo lo hace bien. Lo mismo te cambia un pañal que se siembra una hectárea. Dice tener tiempo para sus hijos, para el trabajo, para "ir al cine" y hasta para compartir confidencias con María José: "Yo tengo una cosa muy buena con mi mujer: todo lo hablamos. Lo bueno, lo malo, las decisiones que queramos tomar, lo que opinamos, lo que nos podamos aconsejar. Somos uña y carne y vamos los dos a una en todas las circunstancias".
Desde luego, quien quisiera esa vida que nos vende Jesulín. El tío debe ser el superhéroe de Arcos de la Frontera, solo que en vez de lucir capa, él se planta un capote. Y para capote, el que le echó a su hija Andrea en un momento dado. Tras escuchar las críticas de Belén Esteban a Jesús por no encargarse jamás de la niña, ahora el diestro suelta la perlita definitiva para limpiar su imagen.
"Lo que sí tengo muy claro es que voy a defender a capa y espada la privacidad total y absoluta de mis hijos, de los cuatro. No voy a cruzar ninguna línea que pueda perjudicar a mis hijos en cualquier ámbito. Tengo que respetar la voluntad de mis hijos y eso lo voy a defender a capa y espada", comentaba.
Bertín, lejos de meter el dedo en la yaga, respetó los límites que puso el torero y el resultado es evidente: una entrevista blanca, simplona y que poco se acerca a la realidad que ha vivido Jesulín. En cualquier caso, Telecinco apostó por este material y a Jesús le ha vendo de lujo. Dinero fácil, charla vacía y comilona gratuíta.
Fotos: Telecinco