La Falcó debe tener la cuenta bancaria a puntito de reventar. Si la muchacha ya gozaba de una comodidad económica por el simple hecho de haber nacido en el seno de una familia adinerada, ahora es simplemente una maquina de facturar billetes. La televisión le ha brindado el dineral que jamás creyó que ganaría, y sus aventuras amorosas con Onieva, a pesar de que no fueron plato de buen gusto para la marquesa, también han contribuido ha aumentar su riqueza.
No es de extrañar que Íñigo estuviera loquito por volver con Tamara. Al muchacho le gusta el dinero y la buena vida, y la Falcó, por suerte para ella, podría bañarse en billetes nuevos cada noche. Su particular forma de ser conquistó a la audiencia en televisión, y desde entonces no ha salido de la pequeña pantalla. No hay programa de éxito que no haya tenido a Tami entre sus colaboradores, y 'El Hormiguero' es la mejor prueba de ello.
Tamara es buena de narices, pero también es cara. Le pasa como a la Carrillo pero en versión XXL. Las dos son personajazos de primer nivel. Alba está limitada en Telecinco y Falcó tiene cabida en cualquier otro grupo, pero ambas tienen algo común: funcionan, son queridas y nada baratas. Tal y como publica Informalia, la churri de Onieva se embolsó 15.000 pavos por cada una de sus apariciones en Masterchef, donde llegó a facturar 195.000 euros.
Por su documental en Netflix, el pastizal que facturó pudo ser similar, y por sus colaboraciones en 'El Desafío' y en el espacio de Motos, la hija de la Preysler se embolsa unos 10.000 lereles mensuales. En el mundo de la publicidad, Tamara puede llegar a ganar hasta 30.000 por campaña, y a raíz de sus idas y venidas con Íñigo, la cifra llegó a dispararse a 60.000.
Además, según 'Sálvame', la Falcó se llevó 150.000 euros por su spot de Porcelanosa y 18.000 por el anuncio que protagonizó de Campofrío. En lo que respecta a las redes, Tami se embolsa unos 3.000 pavetes por post.