Empieza lo bueno, comienza el salseo. La boda de Tamara e Íñigo es un auténtico hervidero de rumores y habladurías. Tal cantidad de famosos congregados en un mismo palacio resulta algo insólito, impactante y más que relevante para los medios. El fin de semana, decenas de periodistas hacían guardia en los distintos puntos calientes para conseguir las imágenes más buscadas.
Había reporteros en El Rincón, el la puerta del Ritz, en el portal de Onieva y hasta en las puerta de Villameona. Aquello era una auténtica locura. La prensa de todo el país pendiente del bodorrio más cotizado de los últimos tiempos. Bodorrio al que, por supuesto, acudieron los famosísimos hermanos de Tamy: Chábeli Iglesias, Julio Iglesias Jr, Xandra, Duarte, Aldara y Manuel Falcó acompañado de su esposa, Amparo Corsini. Ana Boyer acudió con su marido, Fernando Verdasco.
Por supuesto, también estuvieron allí las suegras, las madres de los novios. Preysler y Molas no podían perderse tan bonito día y posaron ante las cámaras de Hola junto sus retoños. Todo por las pelas. A Carolina no le hacía ninguna gracia tener que sonreír para la exlusiva, pero por el parné de un hijo se hace lo que sea.
Y no solo estuvo incómoda por tener que exhibirse a cambio de dinero, también tuvo que soportar la presencia de Isabel. Al parecer, la suegras no se llevan bien, tal y como recoge Informalia. Es más, no se dirigieron la palabras en toda la boda y "hubo un momento determinado en el que Tamara se sintió muy avergonzada y muy humillada por algo que sucedió después de darse el 'sí, quiero'", relató Aurelio Manzano en Telecinco.
Íñigo Onieva y Carolina Molas - Portada Hola
"Ocurrió algo durante la cena y eso hizo que Tamara bajara la mirada en más de una ocasión... Después de lo que pasó entiendo que hubo una conversación entre Tamara e Íñigo porque era necesaria", sentenciaba el periodista.
Fotos: Gtres / Portada Hola