Enrique Ponce y Ana Soria continuan tan enamorados como el primer día. Aunque se especuló con una posible crisis, parece que los tortolitos son felices, aunque no comen perdices. De hecho, la última vez que fueron pillados juntos en un restaurante fue en el McDonald's. Puede que Anita quisiera probar el famoso McAitana, pero a juzgar por las cuentas del torero, parece que la parejita ha tenido que apretarse el cinturón.
Desde que Ponce comenzó a despuntar en el ruedo, el dinero ha llegado a su bolsillo sin demasiadas complicaciones. Fue uno de los toreros más cotizados, ha pisado las mejores plazas del mundo y además, hizo varias inversiones con intención de aumentar su riqueza. Además de torero, Enrique también es dueño y señor de varios locales que alquila a diferentes empresarios. Y lo más importante, tiene un terreno de 900 hectáreas dedicado a la explotación agrícola y ganadera.
El ex de Paloma Cuevas no se lo montó nada mal, pero desde hace un tiempo a esta parte, no consigue levantar cabeza en el terreno económico. Tal y como informa Vanitatis, Cetrina SL, su empresa de cabecera, cerró 2019 con 207.000 euros de perdidas. Este año, sigue estando en riesgo de quiebra con una pérdida cifrada en 122.154 euros. La finca que da nombre a la empresa es propiedad en parte de Ponce y en parte de Cetrina SL, que también gestiona la producción de aceite de oliva virgen extra.
En cuanto a los alquileres de Ponce, tampoco debe estar la cosa para tirar cohetes. CPM Building es una de sus sociedades dedicadas a la compra, venta y explotación de bienes inmuebles, cuenta con un activo de más de cuatro millones de euros. En 2020, registró también perdidas en torno a los 82.000 lereles.
¿La conclusión? Ahora entendemos por qué Ponce y Ana Soria acudieron al McDonald's para celebrar el cumpleaños del diestro. Tal y como se publicó en varios medios, la pareja se hinchó a patatas fritas con ketchup antes de visitar a los papis de ella, con quienes compartieron una tarde de café y tarta.