Enrique Ponce ha dicho NO ha casarse con su querídima Ana Soria. Aunque ambos afirman estar plenamente enamorados, parece que su enlace se retrasará unos años más. Nadie conoce el por qué, pero el torero ha dejado clarinete que no tiene ninguna intención de pasar por el altar. Está enchochado hasta la médula, vive junto a la que considera la mujer de su vida y desea pasar el resto de sus días junto a ella, sin embargo, formalizar la relación no está entre sus planes más inmediatos.
Enrique admitió estar enamorado de su chica hasta el infinito y más allá. Aseguró que su noviazgo va viento en popa y a toda vela, y aunque hubo quienes difundieron el rumor de una supuesta crisis, lo cierto es que los tortolisto viven su amor tan ilusionados como el primer día. La pregunta es, ¿por qué no se casan? ¿Qué les impide unirse ante los ojos de Dios? ¿Por qué continúan viviendo en pecado?
Nadie conoce la respuesta, pero Ponce tiene claro lo que hará: quedarse como está. Tal y como publica Informalia, el torero "niega rotundamente" que vaya a casarse con la (eterna) estudiante de Derecho. La semana pasada ambos posaban en Instagram cual parejita adolescente, y aunque muchos pensaron que aquella declaración de amor escondía un compromiso firme, no es así. La parejita no se casa, al menos, por ahora.
Quién sabe. Puede que Ana Soria se sienta demasiado joven para unirse en matrimonio, o quizás es Ponce el que se niega a pasar por el altar tras haber vivido un divorcio. En cualquier caso, la realidad solo es una: Enrique y Ana son los eternos novios.