Menudo drama capilar tenemos montado en 'Sálvame' y por los pasillos de Telecinco. ¿Y quién está en el centro de todo? Un, dos, tres, responda otra vez... ¡Lydia Lozano!
Pero antes pongámonos un poquito en situación para comprender todos los detalles. Con la llegada de la pandemia, en Mediaset se decidió que los servicios de peluquería y maquillaje se reducirían para evitar posibles contagios. A los colaboradores que les tocase cada día tendrían que irse maqueados de casita (a riesgo de que se les vaya la mano y al encender la televisión los espectadores piensen que en vez de 'Sálvame' están viendo un reportaje del Museo del Prado).
El caso es que tras su operación de cervicales, y alegando que no podía hacer grandes movimientos con los brazos ni para peinarse ni maquillarse, ella tenía el privilegio de pasar siempre por chapa y pintura... Hasta que Kiko Hernández, el listillo de clase, se chivó y comentó a los directores que Lydia ya estaba recuperada y te podía hacer de pe a pa la coreografía del 'Single Ladies' de Beyoncé.
Entonces el privilegio se fue al garete. Y Belén Esteban desvela en plató un dato jugosón: "Yo sé que Lydia estuvo llorando antes de entrar en el debate de 'Supervivientes' porque se ha quedado sin maquillaje y peluquería", comentaba.
Esto, claro está, a Lydia no le ha sentado nada bien. "Te lo han contado mal", rebatía ella. "Es que yo llegué con el pelo mojado y hubiera sido un detalle que a las 20:00 horas alguien me hubiese avisado de que no me iban a peinar. Porque Bulldog me maquillaba y me peinaba, pero no llegó la orden", terminaba explicando, añadiendo que era algo que le producía "mucho agobio".
"Me ha dolido que aquí nadie me haya mandado un WhatsApp diciendo que ya no podía ir a maquillaje y a peluquería", añadía, y siendo, según ella, ese el motivo por el que va por los pasillos de la cadena como alma en pena.
"Lo que no se entiende es que puedas bailar y no te puedas secar el pelo", acababa rebatiendo Belén Esteban. Porque ella no tiene problema. Ella se pone un tutorial en Youtube y lo mismo te hace un cardado a lo Cayetana Fitz-James que el alisado japonés. Y si no, que Lydia llame a Raquel Mosquera, que seguro le hace precio.