Dieguiño Matamoros ha celebrado el embarazo de su ex, Carla Barber, haciendo su particular homenaje a la profesión de la doctora estética. El hijo de Don Kinkón se ha hecho varios "arreglillos" en la cara para comenzar el año luciendo guapetón.
Esto de los retoquitos estéticos es un no parar. Dicen que se asemeja a lo que sucede con los tatuajes: en cuanto te haces uno ya estás pensando en el siguiente. A Diego Matamoros, también tatuado hasta la médula, parece haberle picado el gusanillo del bótox y no es capaz de desengancharse.
Durante su relación con Carla Barber era habitual verlo tumbado sobre la camilla o enchufado a cualquier máquina, y tras la ruptura, Matamoros no ha querido perder la costumbre. Aunque ya no acude a las clínicas Barber, el tío se encarga se de estar siempre a punto en lo que a pinchacitos se refiere.
Para comenzar el año, Dieguiño se ha sometido a una 'masculinización facial', que consiste en inyectar ácido hialurónico en la cara hasta conseguir un perfil de lo más sexy. Además, ha eliminado sus arruguitas de la frente con un pelín de bótox y se ha puesto pómulos, como buen muchacho presumido.
Tal y como publica Telecinco, el hermano de Laura Matamoros está encantado con el resultado de sus últimos restoques, especialmente porque no ha tenido que soltar ni un solo euro de su cartera. Con un par de 'stories' y un vídeo publicitario en Instagram... ¡está tó pagao!
