Que tiemble Can Yaman, porque nuevos maromos turcos siguen llegando a España y pueden destronarle muy prontito... Y es que ayer, 22 de julio, en Antena 3 se preestrenó la serie 'Inocentes', la nueva telenovela turca que intentará sustituir a la serie, también turca, 'Mujer'.
Y, cómo no, a nosotros lo que nos gusta es olisquear a los protagonistas (no físicamente, claro, que si no ya nos habría caído más de una orden de alejamiento). Así que en esta ocasión no hemos podido evitar fijarnos en el actor Birkan Sokullu (no pronuncies su nombre en voz alta, a ver si se van a pensar que te está dando un ictus).
Porque Birkan tiene un noséqué que quéseyo que nos gusta un poquitín (bastante). Será, lo más seguro, que se aleja de ese perfil de chico duro —duro de actitud y de pectorales— que tanto tiempo ha estado explotando Can Yaman. Adelante una fotografía de Birkan:
Con pelito rizado y carita de niño bueno. No tiene la energía de Dios Empotrador que desprende el Yaman a cada paso que da, sino que tú ves a Birkan y te dan ganas de acunarlo, tocarle el pelito y cantarle una nana hasta que se quede dormidito en tu regazo.
Sokullu tiene 35 años y nació en Estambul, y desde que en 2008 se metió en el mundillo de la televisión no ha parado de trabajar. Últimamente ha protagonizado también, por ejemplo, la docuserie de Netflix 'El gran Imperio Otomano'.
El muchacho también se queda —al menos por ahora— un poquito por detrás de otras estrellas turcas en redes sociales. Mientras que Birkan tiene poco más de 850 mil seguidores en Instagram, Kerem Bürsin (el maromo de 'Love is in the air') casi roza los 9 millones, y Can Yaman alcanza los 8 millones y medio. Aunque quizás, quién sabe, sea porque en el perfil de Birkan no hay ni una foto sin camiseta... Que ya sabemos cómo le gusta a la gente la carnaza.
En 'Inocentes', además, está muy bien acompañado por la actriz Farah Zeynep Abdullah (ale, ahí lo llevas, otro nombre fácil de recordar). Sus personajes se enamorarán a partir de un encuentro fortuito y, desde entonces, comenzarán una relación más intensa que el chocolate Valor...