Por increíble que parezca, siguen saliendo a la luz nuevos detalles de la relación entre Shakira y Piqué. Tras varios meses (o incluso años) sospechando que Gerard le era infiel, la colombiana abrió los ojos y descubrió el pastelón. Su chico mantenía una relación con una camarera veinteañera, y para colmo, la metía en casa cuando le salía del cimbrel.
Piqué no tenía escrúpulos. Cada vez que Shakira abandonaba la mansión familiar por motivos laborales, aprovechaba para citarse con su nueva novia en el mismo salón en el que jugaba con sus hijos. Tanto sus padres como los de la artista vivían justo al lado, pero a Gerard no le importaba. Ya estaba ciego de amor por Clara, y a ella no parecía importarle vivir aquella aventura a espaldas de Shakira.
Tal y como ha hecho público la periodista Silvia Taulés en Cuatro, el cocinero que la colombiana tenía contratado llegó a cocinar para la churri de Piqué. Hasta ese punto llegó la cosa. Piqué dio permiso a Clara Chía para pedirle al chef de su mujer sus recetas preferidas, y esta lo hizo.
Al parecer, Shakira se enteró de esto hace relativamente poco, y como es lógico, se pilló un rebote de tres pares de narices. Su fiel cocinero, ese al que ella pagaba religiosamente, había estado haciendo macarrones con tomate para la niña de 22.