Carlotiña ha demostrado estar segura de lo que dijo, de lo que hizo y de lo que dejó de hacer. Salió por patas de Telecinco a raíz del huracán Carrasco, pero su opinión sobre el tema se mantiene intacta. Asegura que Rocío y Fidel son "víctimas" y comenta que la prensa del corazón no es lo suficientemente "moderna" para tratar ciertos temas. Corredera, la feminista incansable, ha vuelto a las andadas.
No le han hecho un hueco en la tele, pero ella misma se ha buscado uno propio en 'Superlativas', un podcast de entrevistas en el que tuvo como primera invitada a Belén Esteban. En su quinto episodio, ha sido Patiño la que ha sentado el culete en el nuevo plató de Carlotiña. Como no podía ser de otro modo, ambas han reflexionado sobre feminismo y el nombre de Rocío ha salido a la luz.
Se prometió a sí misma ser más cauta al tratar ciertos temas, pero Carlota no logra amarrar a la fiera feminista que vive en su interior. Cree sin fisuras la versión de Carrasco y, a pesar de no existir sentencia condenatoria para Antonio David, la considera una "víctima". Y ojo, porque Fidel, marido de Rociíto y el malo de la película durante años, es un damnificado más en esta historia.
"Mucha gente me dice 'es que a mí Rocío y Fidel no me caen bien'. Y digo, vamos a ver. Ni las víctimas son perfectas, ni son santas, ni simpáticas. Ni si quiera buenas personas. Pero no dejan de ser víctimas... Ahí es donde al final te llevas las mayores decepciones", sentencia la que fuera viguesa distinguida.
Carlota Corredera - Gtres
A raíz de aquel comentario, Patiño, más desafortunada si cabe, saca a relucir el caso de Dani Alvés: "La presunción de inocencia con temas económicos como el tema de Iñaki Urdangarin, el emérito o Pantoja nadie lo puntualizó tantas veces. Y es tan difícil que una mujer en el minuto uno active el protocolo como se activó en esa discoteca. Tenemos la obligación de contar, no para condenar, para que se sepa...", comenta.
Tras varios minutos de conversación, Carlota dice estar dolida con sus compañeros: "Los periodistas del corazón... a mí me ha dolido muchísimo que fuésemos un sector tan reaccionario. Pensaba que éramos más modernos... No podemos mirar hacia otro lado".
En este sentido, María matiza: "Yo cambié de opinión pero no trato de que la gente cambie de opinión, pero no logro entender a quién mira para otro lado, es un acto de cobardía".
Fotos: Gtres