Hasta hace unas semanas, Paola Olmedo no era más que una simple mortal que compartía su vida con José María, el hijo de Carmen Borrego. Aunque siempre fue consciente de que la familia de su chorbo era conocida en todo el país, jamás imaginó que ella también podría ser una estrella. Tras casarse con el nieto de la Campos, Paola se ha dado cuenta de algo: ahora puede ganar pastizales por aparecer en revistas.
Tiene 33 años, nació en Argentina y es madre de dos retoños, fruto de una relación anterior. Paola regenta una tienda de uñas en la capital y siempre ha vivido de forma austera. A diferencia de las Campos, ella jamás ha podido permitirse un bolso de 2.000 pavos, un chófer privado o una sirvienta en casa. Se conformaba con hincharse a McDonalds el domingo por la noche, y era feliz.
Cuando Paola y José María anunciaron su boda, Carmen Borrego lo tuvo claro: había que vender una exclusiva. Movió cielo y tierra para conseguir un buen precio, y se hizo con él. Le ocultó a María Teresa que las fotos saldrían en Lecturas, cierto, pero consiguió llevarse un pico. En concreto, su hijo y su nuera se embolsaron alrededor de 30.000 pavos por posar junto a las 'Camposhians' en portada.
Sin ser consciente de ello, Paola probó entonces las mieles del éxito. Saboreo, por primera vez en su vida, lo que es llevarse un pastizal sin apenas mover un dedo, y le gustó. Ahora, tal y como publica Informalia, la mujer de José María está deseando volver a dar otro pelotazo y llevarse el 'money' calentito. Al parecer, está encantada con la popularidad y quiere rentabilizarla.
Por el momento, la muchacha ya ha caído en las garras del bótox. Como todo famosete que se precie, Paola se ha pinchado la cara para lucir un rostro terso y brillante. A su lado tiene a Carmen, que puede darle lecciones de todo tipo sobre retoquitos estéticos.