Isabel Pantoja visitaba esta mañana los juzgados Málaga tras más de un año sin salir de Cantora. Señalada por un presunto delito de insolvencia punible, la madre de Kiko Rivera ha vuelto a sentarse en el banquillo ante la atenta mirada de cientos de periodistas. Había cámaras y alcachofas por todas partes, y la cantante, hecha polvo, no ha podido evitar derrumbarse.
La imagen resulta estremecedora. Isabel, escoltada por varios guardia civiles, entraba en los juzgados mientras una marabunta de reporteros dirigían sus micrófonos hacia su persona. Con dificultad para avanzar y oculta tras sus míticas gafas de sol, Isabel conseguía atravesar las puertas del edificio, pero no se lograba librarse los fotógrafos.
Sentada ya en el banquillo, a la espera de las órdenes del juez, varias cámaras apuntaban hacia su rostro a pocos metros de distancia. La artista intentaba aguantar el tipo, pero el sonido de los flashes, incesantes, terminaban con su compostura. La tonadillera rompía a llorar, desbordada por la presión mediática, ante postura impasible del juez.
Testigo del sufrimiento de su 'tita', Anabel no ha dudado en manifestarse a través de Instagram: "LA JUSTICIA ES IGUAL PARA TODOS LOS ESPAÑOLES. El ser humano, sea ladron, blanqueador, asesino. Pero se ve que Isabel Pantoja no, lo que importa es la imagen, los programas, la imagen humillante en un banquillo, en los cuales el resto de personas como Messi, Ana Duato, Inmanol Arias, Shakira, acusados por delitos similares entran como en una alfombra roja y protegidos".
"La salud de mi tía no importa lo que importa es grabarla llorando, en el banquillo, tirándole del pelo o siendo insultada, eso es lo único que os vale", sentenciaba la sobrinísima. Horas más tarde, volvía a repetir su discurso en 'Sálvame': "Si no hay una orden por parte de la Justicia magnífica de este país, yo creo que los compañeros deberían haberse colocado de la mejor manera posible para coger la mejor imagen y ya está".