La eterna estudiante de Derecho parece haber encontrado su profesión frustrada. Adora los toros, las buenas faenas y en especial las de su chorbo, pero su amor por el ruedo va más allá. Ana Soria ya no aguanta en barrera, ella quiere arena. Quiere albero, capote y enfrentarse al animal.
Lejos de pillarse una borrachera de tres pares de narices, Ana Soria dedica el fin de semana a lo que más adora: los toros. Al parecer, la churri de Ponce está aprendiendo a torear y no se le da nada mal. A través de Instagram, la muchacha nos ha deleitado con un par de fotografías en plena faena.
Capote en mano, Soria se ha puesto delante de la vaquilla y parece haber librado el revolcón. Ya tiene cierta práctica con la muleta, pero todavía no entra a matar. Se conforma con un par de pases decentes bajo la atenta mirada de Ponce, su mentor.
Ana Soria - Instagram
De este modo, queda claro que Enrique y Ana no dedican el fin de semana a correrse una buena juerga. Ellos prefieren disfrutar del campo, la naturaleza y los animales. Además, Soria no duda en invitar a sus colegas a la finca de Enrique.