La vida de Ana Obregón ha cambiado de un momento a otro. Hasta hace cuatro días, la actriz paseaba tranquila por Miami con el carrito rosa en el que porta a su hija-nieta. Le gustaba caminar bajo el sol, parar en las tiendas de la zona y regresar a su apartamento millonario. Se sentía libre, feliz y segura, pero unos mensajes en su teléfono han cambiado aquel cuento de hadas.
Ana vive ahora pegada a un gorila. No le queda más opción. Una tarde, varios mensajes de texto llegaron a su teléfono y temió por el bienestar de Ana Sandra. Eran amenazas, advertencias e intimidaciones. Al parecer, algún tarado decidió divertirse escribiendo al teléfono de la bióloga, y Ana, por precaución, ha contratado seguridad privada.
Tal y como publica Semana, existen fotografía de Obregón acompañada de un hombre que la protege las 24 horas del día. Es decir, los gastos de Anita habrían incrementado de forma considerable. Ahora no solo mantiene a la cuidadora de su nieta, también financia su propia seguridad. Por no hablar de los gastos de alquiler, luz, comida o pañales para la pequeña.
Al parecer, el mes que viene regresará a España para afincarse en su mansión de la capital junto a la hija biológica de Aless. La presentadora ya ha ordenado hacer varias reformas en dicho casoplón para garantizar la plena comodidad de su nieta.