Si por algo se caracteriza 'La Isla de las Tentaciones' (más allá de por tratar la infidelidad como deporte olímpico), es porque parece tener un convenio con las clínicas de cirugía estética de España. De hecho, se está planteando crear un Ministerio de Televisión que obligará a que todo aquel que pase por el programa, como mínimo, se ponga medio gramo de ácido hialurónico en cualquier parte de la cara cada seis meses. Lo paga la Seguridad Social, no te preocupes.
Y después de hacer este breve repaso, llegamos al caso de Lucía. La que entró en la isla enamoradísima de Manué (fresh-vainilla-chocolá-tutifruti-cacahué) y que acabó enviándolo a freír espárragos.
La muchacha ha querido aclarar en Instagram tanto rumor. La gente habla, la gente murmura. ¿Y cuál es la solución para callar tanto blablablá? Echarle un poquito de sinceridad al asunto.
La muchacha deja claro que el "único" retoquecito que se ha hecho son "los labios". Suponemos que los de la cara. Porque, total, los de abajo no se ven...
Entonces, ¿a qué se debe que todo el mundo cuchichee sobre su cambio? Porque, como ella misma explica, llegó a 'La Isla de las Tentaciones' pesando 40 kilos, y desde entonces ha cogido 10 kilos más, "que falta me hacían". "De ahí que tenga la cara más redonda", añade.
Pues listo, duda solucionada. Para tu información, nuestro próximo trabajo será crear un estudio en el que realizamos un análisis exhaustivo de cada uno de los retoques que se ha hecho Kiko Matamoros... Lo estamos haciendo en colaboración con un cirujano plástico, un médico forense y un arqueólogo. Va a tener más tomos que la Enciclopedia Británica.