Alessandro vive una auténtica tortura desde hace semanas. Cuando Ana Obregón apareció en portada con un bebé en su brazos, comenzó el infierno de Lequio. En su primera aparición pública aseguró haber estado al tanto de la gestación de su ex, pero no tardó en recular: "Hay detalles que desconocía", dijo el conde.
Poco después, la misma revista publicaba la exclusiva del año: Obregón, con su nieta en brazos, relataba con pelos y señales cómo Aless le pidió tener descendencia en su lecho de muerte. Era su deseo y Ana lo tuvo claro. Cumpliría la última voluntad de su retoño, costase lo que costase.
Tres años después del fallecimiento de Aless, la Obregón ha cumplido. Le ha regalado la vida a la hija de su difunto hijo. Y no, no es una película de Netflix. El Caso Obregón es tan real como la vida misma, y eso es precisamente lo que Alessandro Lequio debe asimilar. Le costará hacerlo, pero no hay otra opción.
Tras el escándalo internacional que ha despertado el nacimiento de Ana Sandra Lequio Obregón, el abuelo de la pequeña ha hablado en 'El Programa de Ana Rosa' para dejar clara su postura: "M única opción ha sido siempre el silencio. Nunca he comentado nada. Nunca he enseñado lo que yo sentía. Nunca he dicho ni una sola palabra y eso es lo que voy a seguir haciendo", decía Lequio.
"Por respeto a él, por el máximo respeto que le tengo...", sentenciaba el conde ante la atenta mirada de sus compañeros. De este modo, Alessandro aseguraba que jamás hablará al respecto, algo que Obregón sí ha hecho.
"Que me hijo sea una vez más protagonista de la actualidad me produce rabia y tristeza... Yo no puedo escuchar una frase de mi hijo cuando enciendo la tele. Quiero vivir esto en la intimidad", decía Lequio visiblemente afectado
En cuando a su relación con Ana, el conde también ha sido claro: "Paz y amor, no hay ninguna mala relación, no interpretéis. Me choca que haya gente que inteprete mis silencios... Mis silencios son la nada."