Si por algo se caracteriza la Carrillo es por su facilidad para largarlo todo. No puede evitarlo. Es impulsiva, sincera y pelín dramática. El combo perfecto para crear el monstruo televisivo en el que se ha convertido. Cada vez que Alba abre la boca no solo sube el pan, también aumenta el cabreo de sus ex.
"Antes muerta que callada", debe pensar la Carrillo cada vez que pisa un plató. Desde su ruptura con Fonsi Nieto, la que fuera modelo se ha recorrido Telecindo de arriba a abajo vendiendo su vida o hablando de la de otros. Todo le viene bien a cambio de un buen caché, y lo cierto es que ha sabido ganarse el pan.
Decir que Alba funciona en pantalla se queda corto. La ex de Feliciano ya es una estrella de la tele, una apuesta segura. Es cara, pero siempre merece la pena tenerla entre los colaboradores. Sin ir mas lejos, ayer se partió el Carrillo en pleno directo al ver a su ex, Santi Burgoa, con su nueva novia, la actriz Vanessa Romero.
Antes de que Joaquín Prat diese paso al vídeo, Alba ya no podría aguantar la risa. Al parecer, la nueva relación del que un día fue su chico le parece un chiste, o "un papelón", tal y como dijo ella misma. "Se han juntado dos buenos actores... Conmigo no era una persona discreta. Era insultante incluso. Se supone que era un periodista serio que no quería mezclarse con la farándula y ahora está ahí expuesto como en los mercadillos diciendo ‘¿Queréis algo más?", decía Alba entre risas.
"Ahí hay dos actores juntos y me parece muy bien pero si Vanesa fuese mi amiga yo no le desearía una pareja así", sentenciaba la ex modelo.