La infanta Cristina es una mujer nueva. Desde que se hiciera oficial su separación, la madre de Pablo Urdangarín ha cambiado radicalmente de vida. Ya no se esconde de la prensa ni evita acudir a eventos multitudinarios. Sale con amigos, se toma alguna cervecita y hasta ha recuperado su grupo de amigos en la capital. Doña Cristina es una mujer libre, soltera y con la autoestima renovada.
Le costó romper con su matrimonio, pero al final lo hizo. Mandó a freír espárragos todas aquellas teorías arcaicas que ocupaban su mente y dejó de creer en el amor "para toda la vida". La realidad era muy distinta. Cristina y Urdangarin no hacía vida de pareja desde años atrás, y gracias a las famosas fotografías del ex duque junto a otra mujer, Doña Cristina tuvo el valor de comenzar una nueva vida.
La hija de Don Juan Carlos ya no luce ese rostro afligido, triste y gris. Ahora es habitual verla sonriendo y su mirada ha recuperado ese brillo borbónico y disfrutón que habría heredado del emérito. Además, tal y como publica Lecturas, Cristina ha decidido eliminar la verruga que tenía justo al lado de su nariz.
Puede parecer una tontería, pero lo cierto es que Cristina ha dado un paso importante. Ha dicho adiós a su verruga, y también se ha despedido de esas inseguridades que le impedían salir, beber y el rollo de siempre (como diría Extremoduro). La ex mujer de Iñaki Urdangarin se ha despegado de todo aquello que no le permitía avanzar y, quién sabe, puede que partir de ahora se aficione a los retoquitos y seamos testigos de su gran cambio.