Hemos tenido que esperar cinco capítulos de 'La Última (cagadita televisiva y nos vamos) Tentación' para ver algo nuevo además de la vigésimo quinta infidelidad de Fani a Christofer y la dificultad de Andrea para comprender conceptos básicos (izquierda-derecha, arriba-abajo, estoy soltera-estoy en pareja, etc). Isaac Torres ha pasado de ser tentador a tentado poniéndole los cuernacos con Bela a Lucía, esa que sigue poniendo la mano en el fuego por él y va acabar más achicharrada que un peluche llamado Rosito.
La jet set del marraneo, los aristócratas del guarrindogueo y los asesinos a sangre fría del romanticismo han sido testigos en villa Luna del profundo beso en el que Lobo y Bela se han fundido como un tranchete en un sándwich mixto. Un crossover entre 'Caperucita Roja' y 'La Bela y la Bestia' que todos sabíamos que iba a ocurrir tras haberlos visto pelar la pava en los últimos minutos del capítulo anterior.
Ha sido Isaac quien ha tirado de cuello para hacer que su tentadora entrara en la boca del Lobo mientras que esta no soltaba su copa de Moët & Shandon: "Me pones nervioso", comentaba él a dos milímetros de su conquista haciendo que ese "nervioso" fuera más que omitible. "No puedo ni aguantarte la mirada porque me gustas", le ha soltado Bela para que el novio de Lucía diera el paso definitivo de romper su relación.
"Me gustas, ya lo sabes que sí. No me esperaba esto, la verdad. Te lo juro que cuando hablábamos era más por el cariño que te tenía, pero te he visto y he dicho '¡Pff, aquí hay cositas!'", ha filosofado Lobo tras el primer morreo antes de volver a lanzarse a darse un festín de morros en este buffet libre de cuernos que él mismo ha provocado ofreciéndose voluntario para no ir a la hoguera a ver imágenes de su novia, cediendo esta oportunidad a Christofer, Mayka, Lester, Jesús y Roberto.
Para concluir este simposio de existencialismo de lo que le sale del mismo, Lobo ha hecho un alegato con el fin de justificar los cuernos de Maléfica que le acaba de endosar a su novia Lucía: "Contigo me pasa algo muy raro, siempre que estoy contigo estoy muy a gusto y me siento muy bien", ha añadido Isaac dando a entender que compra los sofás en Ikea (no está muy acostumbrado a la comodidad). ¡Pues menos cómodo va a estar cuando su churri le monte el chicken (un pollo) por lo que acaba de hacerle!
"Llevo todo el día rallado, rallado, rallado con la vida que tenía antes. Yo era feliz con ella, pero me he dado cuenta de que Lucía y yo no sentimos la misma filosofía de vida. Si quieres un beso, me lo das, porque los besos no se piden", le ha acabado diciendo Isaac a Bela reconociéndose como un queso rallado que ha pasado a ser uno más caliente que una fondue gracias a ella.