Katie Holmes

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De esta guisa (en el buen sentido de palabra, no me malinterpretéis) acudió Katie Holmes, la esposa de Tom Cruise, a una velada que había organizado una conocida revista en el hotel Four Seasons de Beverly Hills. La velada era un pequeño homenaje a su persona y acudieron celebrities de la talla de Reneé Zellwegger, Diane Kruger o Julie Andrews. Todo un reparto de lujo del cine para acompañar a Katie.

Y para la velada, Katie decidió ir con este conjunto con top semitransparente en color negro, una falda del diseñador Azzedine Alaia, un clutch y el pelo ondulado que desde luego le hacía muy atractiva, algo resultona y, ¡qué leches! que como iba sin marido quiso ponerse guapa y que por un día no fuese su marido el centro de atención de todas las miradas (porque sí, casi siempre lo es).

Y entre que era su homenaje y que su vestido era bastante llamativo (más que nada porque las transparencias es lo que tienen, que acaparan miradas), los vestidos de las otras actrices quedaron un poco eclipsados. Renée Zellwegger con un vestido rojo muy bonito, Robin Wright Penn, Emily Blunt o Julianne Moore fueron algunas de las que tuvieron que resignarse antes las cámaras.

Y durante la velada, todo muy tranquilo. Sin altercados, preguntas muy corrientes y normalitas, destacando la respuesta que Katie dio a la pregunta de si consideraba a su hija un poco presumida y coqueta:

“Suri elige su ropa, elige cada día lo que se va a poner. A ella le encantan las cosas brillantes y los colores fuertes. Tiene gusto vistiendo (risas).”

Son cosas mías o, entre este tipo de noticias y la de que había sido ella la que no había querido meter a Suri en la Iglesia de la Cienciología, ¿no os parece que Katie está tomando las riendas de su matrimonio?

Vía | Hola