Desde que hizo público si perfil de Instagram, Victoria Federica se ha convertido en toda una estrella. Le llueven los contratos publicitarios, los eventos, las llamadas y hasta los amigos. La hija de la intanta Elena vive a cuerpo de reina, y como toda 'influencer' que se precie, suele deleitarnos con supostureo a través de las redes.
Ayer, Vic cogía un avión con destino desconocido. Puede que se traslade a París, Roma, Perú, Lima o Egipto. Ningún rincón del planeta se resiste a ser visitado por tan reconocida 'it girl', y para afrontar su vigésimo quinto viaje en lo que va de año, Vic ha recurrido a su rutina habitual cada vez que pisa un aeropuerto.
Mientras el resto de mortales evitan facturar para ahorrarse unas pelas o miden a conciencia la maleta de cabina para no superar el tamaño permitido, Victoria Federica no sufre por ese tipo de cuestiones. Son preocupaciones de pobres, y ella, como buena VIP, ni siquiera se plantea comerse el coco por el tamaño de su equipaje.
Factura cuando lo necesita, lleva consigo una maleta de la firma 'Riwowa' cuyo precio supera los 1.000 pavos y un Louis Vuitton que, con toda probabilidad, rondará los 2.000 euros. Y por si fuera poco el gasto, la joven no se corta en comprarse un bocatita de jamón y un 'Starbucks' antes de embarcar.
Victoria Federica - Instagram
Pero lo mejor viene en el avión. Lejos de viajar en clase turista, Victoria Federica lo hace en 'business', donde goza de un asiento en tamaño XXL y servicio de bar durante todo el vuelo. Además, la hija de Jaime de Marichalar tiene los últimos cascos de Apple (que rondan los 600 lereles) para escuchar sus temazos favoritos durante el trayecto.
En cuanto al precio de su asiento, normalmente suele duplicar e incluso triplicar el coste de un billete en turista. Al parecer, a la hermanísima de Froilán no le importa tirar de cartera siempre que sea para gastárselo en lujos.
Victoria Federica - Instagram