La primogénita de Don Juan Carlos lleva un cabreo de tres pares de narices, y no es para menos. Elena está preocupada por el futuro de su hija. No le gusta la exposición mediática a la que se ha sometido en los últimos meses y, si de ella dependiese, encerraría a Victoria Federica en casa hasta que terminase sus estudios.
Asumió que Vic concediese entrevistas, participase en eventos y viajase junto a su padre a los mejores desfiles de moda. La hermana de Felipe VI jamás estuvo convencida de que las decisiones de su hija fueran las correcta, pero no le quedó otra opción que tragar.
Una vez asumido que su retoña es uno de los reclamos principales de decenas de marcas, la pobre Elena tendrá que aceptar la nueva determinación de 'Victoria Patín Piti': deja la universidad para dedicarse en cuerpo y alma al mundo del photocall.
Harta de ver sus libros apilados sobre el escritorio, la hermanísima de Froilán ha decidido mandarlos a freír espárragos. Se acabó el estudio y la formación académica, ella quiere luces, cámara y el 'money' que se embolsa cada vez que una marca llama a su puerta.
Tal y como publica Informalia, la noticia no habría sido vista con buenos ojos por su madre, que lleva un rebote en el cuerpo de los que asustan. Teme por el futuro de su retoña y sabe que el tirón mediático no será eterno, pero Vic, al parecer, no escucha. Tan solo piensa en su carrera como 'influencer' y está segura de su decisión: adiós universidad.