El salseo Borbón-Urdangarin no tiene fin. Cada semana, Iñaki y doña Cristina acaparan decenas de titulares a causa de su polémico divorcio. Un divorcio del que, aparentemente, Iñaki saldría beneficiado. Se dijo que la infanta le pagaría dos millones de euros a tocateja y una increíble pensión mensual con tal de mantenerlo callado, pero las normas del juego ya no son las mismas. Por el momento, Iñaki no acumula riqueza, tan solo disgustos.
Dinero no, pero problemas a montones. Es la cruda realidad del ex duque empalmado. El acuerdo millonario al que habría llegado con su todavía esposa no llega, o no existe. El propio abogado de Urdangarin negó la mayor en televisión, y lo cierto es que el hombre no mentía. No existe prueba ni testimonio que certifique los supuestos pagos que doña Cristina estaría dispuesta a hacerle al hombre que la engañó.
Por ahora, Iñaki continúa sin dinero y sin curro. Está desesperado por hacerse un hueco en cualquier empresa, pero la oportunidad no llega. Haber pasado por prisión y estar cada día en el punto de mira es un auténtico lastre, y ahora tiene que soportar un nuevo dilema: sus hijos se niegan a aceptar a Ainhoa Armentia.
Al parecer, los cuatro Urdangarines se han posicionado junto a su madre, la gran víctima en esta historia. Son conscientes de la traición de su padre y, por ahora, ni conocen ni pretenden conocer a Ainhoa. Para ellos no existe esa señora. Es invisible, irreal, ficticia.
Esa mujer rubia con la que Iñaki pasea por las playas de Bidart no es bien recibida por Juan, Pablo, Miguel e Irene. Lo cuatro están de acuerdo en mantenerse alejados de Ainhoa, tal y como la infanta habría solicitado a través de una cláusula en el acuerdo de divorcio, o al menos así lo asegura Informalia.
Fotos: Gtres