Tras hacerse público el mal rollete que existe ahora entre las hermanas, Elena y Cristina, Juan Carlos ha decidido intervenir. Desde Abu Dabi, el patriarca de los Borbón ha dado un golpe sobre la mesa. No quiere riñas, enfrentamientos ni rifirrafes entre sus hijas. Entiende que la exposición de Victoria Federica y el éxito de Irene Urdangarin en prensa haya levantado ampollas entre sus respectivas madres, pero ese no es motivo para discutir.
El emérito no quiere malos rollos. Suficientes tuvo él con su hijo Felipe durante los últimos años. A sus 85 tacos, quiere paz y tranquilidad entre todos sus allegados. Ya libró su batalla con Urdangarin cuando se negociaron las cláusulas del divorcio con Cristina. Allí intervino el emérito con ánimo de acabar con aquello lo antes posible, pero no ha sido así. El acuerdo no llega y Juan Carlos parece haberse apartado de la negociación.
Juancar solo busca relax para él y para los suyos. Tal y como publica Informalia, ha limado asperezas entre sus hijas, enfrentadas desde hace unos días por la influencia de Vic sobre la pequeña de los Urdangarines. Fueron pilladas de farra por Málaga el pasado julio y, desde entonces, todos los medios hablan de ellas. Cristina culpa a Elena de que su niña esté desbocada, y Elena, desesperada, ha tenido una charla con Federica.
Elena y Victoria Federica - Gtres
Una vez más, le ha pedido que sea responsable, cauta y menos llamativa en redes. Aunque sabe que su retoña factura pastizales gracias a la tremenda repercusión que genera, a la infanta no le hace gracia que Vic se pasee por photcalls o pose en bikini para sus fans de Instagram.
Fotos: Gtres