En todas las casa se cuecen habas, y Zarzuela no iba a ser menos. Al contrario, si algo se cuece en palacio, son precisamente problemas de todo tipo. La monarquía es una institución plagada de secretos y malos rollos entre sus integrantes. Siempre los hubo, pero el punto de inflexión está claro: la llegada de Letizia a la Corona.
Cuando Felipe decidió casarse con Letizia, toda su familia se echó las manos a la cabeza. Juan Carlos y doña Sofía no podían creerlo. El heredero estaba convencido. Amaba a una plebeya divorciada, hija de padres republicanos, y quería contraer matrimonio. Al principio se negaron, pero Felipe amenazó y no les quedó más remedio que aceptar.
Letizia accedió a palacio y consiguió hacerse un hueco, aunque le costó lo suyo. Todos desconfiaban de ella. Incluso las hermanas del ahora rey, Elena y Cristina, estaban en contra de la decisión de Felipe. El príncipe no podía casarse con una cualquiera, no cabía en sus cabezas.
Durante años, Letizia sufrió los desplantes de la familia de su esposo. Su relación jamás fue buena con doña Sofía y tampoco con las hijas de esta, tal y como recoge ElNacional.cat. Cuando Felipe se hizo con el trono, la que fuera periodista tomó venganza: se acabó lo de chupar del bote.
doña Letizia - Gtres
Tan solo Sofía, madre de Felipe, cobra su asignación de los Presupuestos Generales del estado. El resto, ni agua. Letizia quiere lejos a Juan Carlos, a sus hijas y a los hijos de estas. Cualquier escándalo podría perjudicar el futuro reinado de Leonor y está dispuesta a protegerlo con uñas y dientes.
Fotos: Gt