El tatuaje de Letizia que enfureció a La Zarzuela: grabó con tinta su zona íntima

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Antes de conocer a Felipín, Letizia era una mortal mas. Salía, entraba, se divertía y volvía a salir. Aunque siempre fue una buena estudiante, lo cierto es que tuvo su época rebelde. Viajó a México, vivió aventuras de todo tipo y conoció a varios hombres que la hicieron disfrutar. Después de aquello, don Felipe se cruzó en su camino y se terminó el jolgorio.

Nunca tuvo fama de rebelde, pero supo disfrutar su juventud, especialmente cuando abandonó España para adentrarse en el México más exótico. Tal y como se dijo en su día, la reina llegó a vender tabaco por las calles cuando hacía su tésis doctoral. Era la fórmula que encontró para sacarse un dinerillo y poder pegarse la fiesta padre, al igual que hace ahora su sobri, Victoria Federica.

Según Pilar Eyre, aclamada periodista especializada en Casa Real, Letizia "aprendió a hablar catalán porque disfrutaba los veranos en esta comunidad mientras su hermana vivía aquí. De hecho, aprendió el idioma haciendo autoestop para ir de playa en playa", aseguró la escritora, tal y como recoge ElNacional.cat.

Pero ojo, porque Eyre no solo insinuó que Letizia era una hippie que paseaba de playa en playa levantando el dedo en la carretera, también dijo que Letizia llevaba "una vida sexual ajetreada en algunos campings". Y en esa época, en pleno desenfreno, "se hizo un tatuaje en un lugar oculto".

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La reina, al igual que miles de jóvenes, cometió la 'locura' de marcar con tinta un lugar secreto de su cuerpo. Quizás fuese el culo, la ingle, las costillas o el pecho. Nadie lo sabe, excepto quienes hayan compartido cama con ella. Al enterarse de aquello, en Zarzuela montaron en cólera y le recomendaron borrarlo. Si lo hizo o no, solo su marido lo sabe.

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