Juan Carlos de Borbón se lo está pasando pipa en el Bribón. Soñaba con navegar en su adorado velero desde la última vez que lo hizo, y al fin ha visto cumplido su deseo. Acompañado por sus colegas, por sus seguratas y por la mismísima infanta Elena, el que fuera monarca disfruta de sus días en Sanxenxo con una sonrisa de oreja a oreja.
A sus 85 tacos, el esposo de doña Sofía luce como un chaval. Sus retoquitos estéticos y el anillo que porta en su mano izquierda le ayudan a mantenerse en buen estado, y la mejor prueba de ello es la victoria lograda en la última regata. Juan Carlos y sus colegas se hicieron con el primer puesto y hoy, lunes 31 de julio, surcaran los mares a modo de entrenamiento.
En Telecinco han captado la imagen del emérito y la infanta llegando al puerto de Sanxenxo. Vestidos con ropa deportiva, padre e hija saludaban a amigos y conocidos antes de partir. Juan Carlos, visiblemente contento, bajaba las escaleras acompañado de su escolta de confianza y se abrigaba con una chaqueta para evitar el frío en alta mar.
En la noche de ayer, Juan Carlos, su hija, Pedro Campos y la esposa de este disfrutaron de una buena cena en el Club Náutico de Sanxenxo: "Se sentaron a cenar en la segunda planta junto al resto de socios. Tenían a su disposición el menú de socios", explicaba Sandra Aladro desde el sofá de Ana Rosa.
Juan Carlos y doña Elena en Sanxenxo - Gtres
Pero, ¿qué comieron exactamente el emérito y su retoña? Al parecer, de primero pudieron tomar sopa de melón con lascas de jamón, tosta de aguacate con anchoas o brocheta de gambas. Después, lo más probable es que tomasen un pescado fresco. Uno de los peces favoritos del padre de Felipe es el rodaballo, aunque al tratarse de una cena, puede que escogiesen algo más ligero, como merluza o lenguado.
Fotos: Gtres