Han pasado dos años desde que aquellas fotos en las que Iñaki paseaba con otra mujer salieron a la luz. Las fotos del desastre. Las imágenes que propiciaron el divorcio. Las instantáneas por las que tanto lloró Cristina. Dos años de mal rollete entre Urdangarin y la infanta que, de una vez por todas, llegan a su fin. Señoras y señores, el ex duque y su todavía esposa han llegado a un acuerdo.
No ha sido fácil, pero la concordia ha llegado. Los padres de Juan, Pablo, Miguel e Irene han sellado la paz. Lo hicieron con un beso el pasado sábado y, ahora, están a un paso de firmar el divorcio definitivo. Las cláusulas están claras y, según Juan Luis Galiacho, "el inventario está cerrado, ya le han dado el visto bueno". Es decir, la infanta y el ex deportista ya se han repartido lo que debían repartirse.
Él ya ha cobrado un millón de los dos que Cristina le prometió. Además, percibirá cada mes 25,000 euros en concepto de pensión, tal y como publica Informalia. En lo que respecta los bienes inmuebles, Iñaki se quedará con la casa de Bidart. También quiso ser dueño del chalet del Pirineo Catalán, pero Cristina se negó. Es la casa que utiliza la familia real y hasta el propio Felipe VI tuvo que pararle los pies a su cuñado.
El ex duque de Palma pidió todo lo que pudo, pero el chalet en la nieve no lo ha conseguido. Se trata de un adosado que utilizan las infantas y el propio rey para ir a esquiar, y nadie estaba dispuesto a que cayese en manos de Urdangarin. Suficientes son los dos millones, los 25.000 lereles mensuales y el pisito en Francia.
Fotos: Gtres