Cuando dedicaba su vida al periodismo, Letizia era una mujer comprometida y rigurosa. Siempre quiso destacar, ocupar un gran puesto y ser reconocida por ello. En la facultad ya despuntaba y, mientras el resto de sus compis se hinchaban a cañas en la barra del bar, ella solía aprovechar el tiempo bajo el flexo para aumentar sus conocimientos.
Letizia fue, es y será siempre una profesional de lo suyo. Lo demostró en la tele y ahora lo demuestra desde Zarzuela. Cuando decidió contraer matrimonio con el entonces príncipe Felipe, aceptó también convertirse en futura reina. Sabía que su vida cambiaría y se formó para ello. Era un reto absoluto, un desafío plagado de riesgos. Pero lejos de achantarse, la Leti aceptó.
Hoy por hoy, dedica su vida a la Corona y se encarga de que todo vaya viento en popa. Las desventura de Juan Carlos, la imputación de doña Cristina y el encarcelamiento de Urdangarin denostaron la institución hasta niveles insospechados. Y fue ella, doña Letizia, la encargada de forjar el plan perfecto para mantener en pie a la monarquía.
doña Letizia - Gtres
Sin andarse por las ramas, la que fuera periodista cerró las puertas de palacio para todos aquellos que tuvieran las manos manchadas. A Felipe le costó romper con su propia familia, pero era el único método para garantizar la herencia de Leonor. Primero la Corona, después la familia. Aunque duela, es la regla de oro.
Además, Letizia se encarga de tenerlo todo medido al milímetro en los actos públicos. Tanto es así que, inevitablemente, aparenta ser una mujer fría y distante. Su excesivo control en las distintas situaciones la han alejado del público, y así lo señala Pilar Eyre: "Es increíble la poca capacidad de simulación de la reina Letizia. Todo lo que pasó fue una exageración, un teatro", comentó la escritora sobre lo sucedido en la confirmación de Sofía.
Letizia - Gtres
"Es algo habitual. Hay acción y reacción. Era raro que Doña Sofía no fuera a Gales a la ceremonia de graduación de Leonor. Así que ahora han querido escenificar la supuesta buena relación entre doña Letizia y doña Sofía, pero queda poco natural. Letizia no es cariñosa ni es muy de tocar. Sus propias hijas lo dicen, que ni siquiera las besa en público”, sentencia Eyre, tal y como recoge ElNacional.cat.
"Siempre que veo a doña Sofía en alguna ceremonia, hay tensión. Y a mí me gusta ver a la Letizia natural, que hace discursos y demás, no a esta reina nerviosa y sobreexcitada que no sabe cómo ponerse ni actuar. Cuando está doña Sofía por medio, doña Letizia no es ella. Se comporta de otra manera y resulta violento. Yo le pediría a Letizia que dejase de fingir", reflexiona la escritora.