La cacerolada el símbolo de protesta, de cabreo, de enfado. Durante la pandemia, fueron muchos los que asomaron medio cuerpo a sus ventanas mientras golpeaban con fuerza algún utensilio de cocina contra una cacerola. Era la manera de protestar contra Sánchez. La fórmula que encontró el pueblo para decirle al presidente que estaban hartos de ver series en Netflix y hacer bizcochos con nueces.
Pedro tuvo que soportar varias caceroladas a lo largo de la pandemia, pero no ha sido el único en aguantar semejante ruidera. La infanta Sofía, en su llegada al internado de Gales, también fue recibida de la misma forma. Sí, con una cacerolada. Y no, a ella no la odian ni de repugnan su presencia. En el internado para pijos en el que estudiará durante los próximos dos años, este es su modo de dar la bienvenida.
Por increíble que parezca, así es. En el UWC Atlantic College reciben a los nuevos alumnos entre gritos, golpes y mucho ruido. Es una especie de novatada para quienes comienzan su primer curso en el centro, y entre ellos se encuentra nuestra pequeña Sofía, que lejos de tomarse a mal la cacerolada, sonrió y disfrutó el momento.
Sofía de Borbón - Casa Real
La hermanísima de Leonor ya comparte habitación con tres estudiantes más. Todas son chicas. La joven tendrá que hacerse la colada cada semana, hará su cama cada día y deberá ser ordenada con sus cosas. Además, tendrán que repartirse las tareas de limpieza.
Fotos: Casa Real